lunes, 8 de octubre de 2012

Curos de Busquedas Académicas en la Web 2.0 Semana 4

Diego Demarco     Comisión 4 BAW 2.0    Actividad  R 4.1: El cuento de nunca acabar…

Prácticamente nadie niega la importancia de Internet como poderoso instrumento de comunicación e información. En la red está disponible un gran cúmulo de información; su volumen crece a una velocidad impensable hasta hace pocos años. Paralelamente, su impacto social se incrementa gradualmente, de manera que empieza a ser indispensable tener la habilidad de encontrar determinados datos en Internet que, por inmediatez o especificidad, no encontraríamos en ningún otro lugar
Desde el enfoque propuesto en el presente curso, se ha hecho hincapié en el “buscar” como una actividad situada en un contexto de aprendizaje académico, con estudiantes que tienen práctica de los recursos informáticos, uso del coreo electrónico, de servicios de mensajería, redes sociales, y de uso frecuente de saber como “subir un archivo”, “googlear”, “twittear”, entre otros. Los docentes por su parte, tratan de ofrecen oportunidades a sus alumnos para investigar, aportar ideas originales y realizar búsquedas autónomas e inteligentes en donde se aprende leyendo al poner énfasis en la actividad que se desea enseñar. Tanto los usuarios que los utilizan como los buscadores semánticos -preferidos al momento de efectuar búsquedas académicas- están situados en una sociedad globalizada que manifiesta una forma particular de producir, distribuir y organizar los conocimientos. El uso de Internet tanto de los productores de conocimiento como de aquellos que desean hacer uso de él, forma parte de esta modalidad actual de producción y recuperación del conocimiento.
Después de leer la bibliografía disponible en el presente curso se puede afirmar que buscar en Internet es una actividad que pone de manifiesto la lógica de construcción del conocimiento de la comunidad científica y su modo de recuperarlo; la lógica de la producción de conocimiento de la sociedad globalizada y su modo de organizar intereses y recursos. En otras palabras pone sobre el tapete la lógica de Internet y su modo de alojar, distribuir, organizar y -porque no, pues de hecho existe- ocultar información. Estas lógicas se vinculan con la persona que busca, con su forma particular de tolerar incertidumbres y ambigüedades, de interpretar y organizar datos, de consumidor o no de tecnología con más o menos experiencia en el uso de la misma, a la vez de contar con más o menos conocimiento en el campo académico de que se trate, pero colocando a la persona en el lugar de encontrar algo que otros han puesto a disposición en la amplia red de cobertura mundial (conocida como www).
La búsqueda como actividad en si misma debería ser interpretada como  un intento de favorecer una producción individual propia, en donde el buscador (usuario) es una persona que realiza actividades de conocimiento complejas antes, durante y después de encontrar los hallazgos. Antes pues se debe delimitar la búsqueda, su precisión y la traslación de la lógica académica a la lógica del buscador SE. Durante al analizar la pertinencia de las páginas encontradas, la decisión de seguir la búsqueda con los mismos términos o refinarlos, o cesar en ella y tomar los datos como satisfactorios. Después pues es pertinente el análisis acerca de la certidumbre o de la confiabilidad de lo hallado, la interpretación de esa lectura realizada; la distribución de ese conocimiento en sitios que permiten la sociabilización de los datos y su resignificación en un nuevo contexto.
Por ello el vínculo que se establece con el buscador debería favorecer al alumno en su búsqueda individual –con su historia previa y habilidades- en la dirección de que este se manifieste como un productor de conocimiento público o privado.
Se reconoce que la búsqueda se origina en una motivación -lo suficientemente fuerte para solucionar un problema- y su formulación debe ser de  manera clara sobre la o las preguntas que luego deben convertirse en una actividad de buscar. Los problemas se presentan dentro de un contexto que le dan origen y sentido. El tipo de pregunta, puede variar según la materia, área, perspectiva, el propósito de lo se está  buscando, si es una pregunta generalista, para buscar texto académico o información general o si queremos una imagen y de qué calidad. En pocas palabras, se debe saber a dónde dirigirse y qué se quiere, colocando nuestro pedido en el lenguaje de cada uno de los buscadores SE y entender su proceso. Los datos que nos ofrecen las pantallas, cotejados con nuestras hipótesis de búsqueda y nuestro conocimiento, son las pistas para revelar la pertinencia. El tema de la pertinencia está vinculado con el tiempo. La tensión entre el éxito, la racionalidad de la elección y el tiempo que nos demanda se produce casi inevitablemente. Por supuesto la solución estará relacionada con un conjunto de factores: nuestra práctica de buscar, el propósito de la búsqueda, la confianza en el buscador utilizado, la validación de los resultados con otros buscadores.

Precisamente esto último nos vincula  con el paso siguiente de nuestro itinerario, que tiene que ver con la confiabilidad del material hallado.
La confianza se crea sosteniendo criterios que deben tenerse en cuenta y estos aumentan a la hora de una búsqueda académica. Además de la utilización de buscadores específicos por área de conocimiento y especialidad, tal vez la confiabilidad sea el criterio que más diferencia una búsqueda académica de una búsqueda generalista que se precie como tal.
En otros términos  la confianza en que el documento encontrado sea confiable y que esta confianza tenga bases sólidas, es que esta -a similitud con otros órdenes de la vida- se construye lentamente y a la vez la  información puede ser validada mediante la triangulación con otros datos referidos al mismo documento constituyendo todos juntos en indicios que dan credibilidad al resultado encontrado.
Si bien no existe uniformidad de criterios de confiabilidad sobre los resultados obtenidos, diferentes autores coinciden en la mayoría de ellos. En línea con esto último para realizar una rápida evaluación al respecto de la confiabilidad de las fuentes consultadas, los elementos más importantes para una rápida evaluación del documento podrían ser referidos primeramente al conocimiento previo existente, pues el contenido de este saber contribuye rápidamente a determinar si el documento es confiable. En esa búsqueda, lectura y selección de resultados que muchas veces denominamos “intuitiva” es posible adicionar algunos otros elementos que refuerzan la validez de lo encontrado. En referencia al sitio web, -por ejemplo- que sea perteneciente a una autoridad de tipo institucional o corporativa reconocida, a la actualización de sus contenidos, y al  nivel de destinatarios, si el documento obtenido, está realizado por un autor con referencias conocidas, la citación de colegas de renombre, la fecha de realización, como así también referencias bibliográficas pertinentes pueden ser elementos relevantes de ser considerados. Pero la búsqueda de estas certidumbres demanda tiempo. En la optimización del tiempo buscar información en la red puede ser mas difícil y menos efectivo de lo que parece. Inclusive si la búsqueda se prolonga por demasiado tiempo tanto a nivel individual como grupal la ansiedad y la falta de resultados puede jugar en contra, generando desazón y perdida de motivación. Para optimizar el tiempo dedicado se esbozan algunos lineamientos apoyados desde el análisis del material aportado en este curso.
Al realizar la búsqueda en la red, no se debe ingresar lo primero que se le ocurra al usuario por ejemplo en Google. Se debe dedicar tiempo a planificar la búsqueda. De lo contrario
es probable que elija los mismos resultados una y otra vez, y finalmente escogiendo resultados que no son realmente útiles, implicando ello pérdida de tiempo. Es relevante confeccionar una lista de palabras claves, y crear términos en combinaciones de dos, tres o más términos.
Cuando se encuentre un sitio prometedor de buenos resultados, se debería buscar las palabras más importantes dentro de él, y luego agregarlas a la lista. A continuación probar con una serie de combinaciones de palabras claves, revisando los resultados de cada una y luego seleccionar las mejores.
De modo paralelo se debería mantener un recuento de los sitios ya visitados. Esto ayudará a evitar pasar nuevamente por sitios poco satisfactorios y también ayudará a citar cada fuente utilizada apropiadamente.
Si se ingresa una sola palabra o una pregunta en la barra de búsqueda, no se esta utilizando todo el poder del motor de búsqueda para encontrar información. Utilizar combinaciones de palabras claves, sumado a los operadores comunes como Y, O, NO o utilizando comillas para indicar que se esta buscando una frase exacta. La idea es que el buscador trabaje a nuestro favor. También, no se debe dejar de lado que los motores de búsqueda SE tienen opciones avanzadas o de uso especial que ayudan a limitar los resultados.
Pero el usuario debe hacer la diferencia y ser optimistamente escéptico; pues diversos  resultados de búsqueda serán poco creíbles o completamente irrelevantes. Siempre se debería verifica la información confirmando con múltiples fuentes e inclusive utilizando diversos motores de búsqueda SE. Tal vez un indicador interesante es que si se encuentra que varios sitios Web no relacionados y creíbles están de acuerdo sobre un tema, la búsqueda puede haber entrado en su recta final.
Tampoco se debe dejar de lado el acceso a otras fuentes de acceso a la información y no solo los motores de búsqueda -al menos de manera inicial-. Diversas instituciones educativas ofrecen acceso a bases de datos que pueden ser un lugar interesante para comenzar una investigación con información básicamente creíble.
Los mejores resultados suelen no estar al principio de la página -ni incluso- en la primera página. Es interesante avanzar más allá de los primeros resultados de las primeras páginas, profundizando la búsqueda pues ciertamente encontrar información en la red es como ser un buen investigador comparable a un detective, ya que la información es solamente tan buena como su fuente. Un buen investigador no debería utilizar información sin considerar quién se la entregó. Preguntas tales como “¿Quién creó este sitio Web, y quién es el autor del contenido que estoy leyendo?” deben ser consideradas. En una investigación bibliográfica tradicional un lector no confiaría en un libro sin conocer su autor y editor; entonces no se debería confiar en un sitio Web sin tener esa misma información. También, se podría buscar investigar acerca del editor o autor buscando sus nombres en el buscador pues cualquier editor o autor creíble debería ser mencionado en otros sitios Web reconocidos por su calidad académica.
No está demás verificar que una vez que se descubre quién es el autor, intentar descubrir sus motivos. ¿La información académica es solamente única u objetiva? ¿Quiere este sitio vender algo? ¿Tiene este sitio prejuicios sociales o políticos? Estos factores pueden intervenir en el tipo de información que el sitio ofrece y esta sería una causa para que este sitio sea evitado pues tal vez se trate de un sitio web que parece ofrecer información valida pero fueron realmente creados con otro propósito.
En la web los eventos se desarrollan durante horas, días o semanas. Aquello  que una fuente dice sobre un descubrimiento científico, una persona viva, una nueva tecnología u otras cosas puede volverse falso o desactualizado rápidamente. Por eso, siempre se debe revisar las fechas de los sitios. Si ello no es factible, se debe seguir buscando hasta encontrar una fuente sobre el tema que tenga una fecha reciente, para que se pueda comparar, ver si algo ha cambiado o si hay algún desarrollo posterior, realizando una búsqueda con el año actual como uno de los términos. También ayuda utilizar las opciones de búsqueda avanzada para encontrar resultados recientes. 
En resumen el paso de la acción de buscar  a la constatación de los resultados y de esta última a la comprensión de sus razones y a la posibilidad de anticipar los futuros hallazgos demora tiempo y esfuerzo de comprensión de un fenómeno que está lejos de ser lineal. Si bien se podría decir que no hay una receta definida y fiable para buscar en tiempo y calidad razonables información en Internet -un medio relativamente novedoso, heterogéneo y dinámico- es posible reconocer que se encuentran a disposición  del usuario elementos que permiten construir actitudes, esquemas de comportamiento y estrategias para afrontar su uso óptimo y llegar a buen destino -que en pocas palabras- es encontrar lo que deseamos.

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